Los eslabones de las cadenas logísticas que dan vida el Comercio Exterior, requieren fortalecerse más, estos son tiempos difíciles, son tiempos de COVID-19, son tiempos de haber estado al punto del congelamiento económico, para mayo de este año el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó el desplome del comercio exterior en México del 41% y el panorama a futuro no es alentador; Si bien las operaciones de Comercio Exterior se van regularizando, tardaremos un par de años en llegar al ritmo que teníamos en el puerto de Manzanillo en el 2018 que era superior a los 3 millones de TEUS.
Se requieren acciones por cada uno de los actores que lejos de abonar al congelamiento de la cadena logística, se fomenten “las buenas praxis” en pro de los importadores y exportadores.
Estimado lector, al momento de enfatizar la necesidad del fomento de “las buenas praxis”, debemos reconocer la existencia de “las malas praxis en el Comercio Exterior” Y ¿Cuáles son estas?
Básicamente en una era en donde la necesidad es la eficiencia de los procesos, para la simplificación y disminución de costos, una “mala praxis en el Comercio Exterior” es aquel proceso interno o externo de las empresas y entes gubernamentales que intervienen en Comercio Exterior que no abonan a la simplificación administrativa y a la disminución de costos.
¿Pero esto es posible en una época de tecnología, en la época de las Apps y del internet de las cosas?… ¡Y la respuesta es sí!
Desafortunadamente aún hay personajes (por que se convierten en eso, en personajes) que no entienden o lo entienden pero no les conviene, la esencia y el camino del Comercio Exterior y aún se empeñan en imponer procesos que requieren varias firmas, inversión de tiempo, de papel e inclusive tramites presenciales para sellado de documentos.
En los siguientes artículos, nos enfocaremos a describir “las malas praxis en el Comercio Exterior” que conllevan gastos adicionales a los importadores y exportadores y que en la mayoría de los casos encarecen las operaciones dejando en un estado de incapacidad a estos frente a la competencia.
Hay asignaturas pendientes con todos los personajes del Comercio Exterior, y las grandes asociaciones, confederaciones y la misma autoridad se niegan a hablar y mucho menos a solucionar estas praxis; Podemos en listar por ejemplo:
Navieras con procesos administrativos que requieren el envío de correos electrónicos en horarios precisos y esperar un tiempo de respuesta de más de 24 horas.
Terminales portuarias, con la práctica secuestradora de bloquear a los usuarios por falta de pago de factura, aun y cuando esa factura no corresponde a dicho importador o exportador.
Agentes aduanales que por omisión o ignorancia no da seguimiento puntual a los embarques ocasionando gastos innecesarios.
Transportistas que encarecen fletes deliberadamente u operadores que no dejan de “Huachicolear” a los empresarios creando grandes afectaciones económicas.
Y las aduana (Solo por nombrar a una autoridad), ¿tendrá “malas praxis”?… Desafortunadamente por falta de un servicio fiscal de carrera se pone en la cúspide de los entes con “malas praxis en el Comercio Exterior”.
Que no se piense querido lector, que agarrare la guadaña y en un acto de venganza aduanera decapitaré a justos por pecadores, que se sepa que hay Navieras, Terminales portuarias, Agentes Aduanales y transportistas que tienen muy bien entendido su rol y día a día buscan la implementación de procesos que simplifiquen tiempos y costos, no digo lo mismo de las autoridades aduaneras, pues es de todos conocidos que su campo de visión es muy limitado y solo sé enfoca al cumplimiento en recaudación y regulaciones.
Pero si pasera la guadaña sobre aquellos que imponen tramites y procesos que encarecen el comercio exterior.
Autor: Raymundo Fuentes Aceves
Raymundo.fuentes@clapsa.com.mx